Pau Turina

La cultura judía está presente en su literatura. ¿Cómo trabajaron este cruce entre la realidad que conocen y la ficción que cada una construyó en sus libros?

Tali Goldman: Pienso que todos, en algún punto, escribimos sobre lo que conocemos. A mí, en general, no me interesan las categorías ficción y autoficción. Para mí, es literatura. Este libro de cuentos es mi primera aproximación a la ficción y es mi tesis de Maestría. Cuando empecé a pensar el tema de la tesis y sobre qué temática quería abordar, me costó mucho hasta que me di cuenta de que podía escribir sobre lo que me era familiar: personajes de mujeres y pequeñas anécdotas personales en relación con otras cosas. En realidad, el judaísmo es una excusa de lo que soy, de mi identidad y de lo que conozco. Si me hubiese criado en otro ámbito, hubiese sido otra cosa. En ese sentido, creo que el judaísmo es parte de lo que soy y en lo que me siento cómoda escribiendo en términos de ficción.

Tamara Tenenbaum: Sí, me pasa lo mismo. Es un universo entre otros que me interesa porque lo conozco. A veces investigo universos que conozco menos, por ejemplo, en el libro de cuentos hay una historia de un chico que cuando era chico andaba en caballo y es un tema del que no tengo idea, pero vi un documental y pregunté sobre el lenguaje exacto. Me gusta trabajar con universos con muchos detalles, y en ese sentido, obviamente, los universos que tengo a mano los uso todo lo que puedo. Por eso, cuando escribo, está el judaísmo. Hay música, hay universidades o hay vida de personas que fui a buscar especialmente: niñeras, empleadas domésticas, personas que están cerca, pero que no son parte de mi experiencia. Me gusta construir universos donde los detalles den la sensación de realidad; entonces, el judaísmo es un universo en el que tengo muchos detalles de donde puedo tomar cosas. No es la “realidad” en el sentido de realismo, pero sí de inmersión en un mundo, no de un universo que sea como genérico que pueda pasar en cualquier parte o en cualquier momento, sino que tenga una sensación de singularidad, los distintos tipos de judaísmos, porque hay muchas formas.

Tali Goldman: Sí, y el judaísmo en el que se crio Tamara no es el mismo en el que me crie yo. Siguiendo con lo que dice Tamara, yo escribí un cuento sobre una chica ortodoxa y ahí tuve que investigar porque me era muy ajeno. 

Tamara Tenenbaum: Por eso. Hay cincuenta mil formas y hasta ahora, por ejemplo, no escribí nada sobre otros judíos en otros países. Porque sé cómo viven los judíos argentinos ortodoxos y los judíos argentinos no ortodoxos, pero sobre otros lugares no sé tanto. Pero si tengo que hacerlo, sé que tengo los elementos para investigar. Tiene que ver, sobre todo, con lo conocido. También me parece que, en general, hay una neurosis del judío de pensar en el tema que no necesariamente tienen todas las culturas; que lo tenemos los judíos que sin ninguna creencia o una práctica que se identifique con eso. Es muy de judío pensar: “Entonces, ¿en qué sentido sigo siendo judío?”. Aunque tampoco sea algo que me pregunte todo el tiempo. Pero sí que hay una pregunta en relación con la identidad y que los autores judíos la han trabajado desde ese lugar, de qué significa ser judío. Creo que para otras identidades es distinto, porque tenemos una cosa que es la de la identidad invisible, en el sentido de que en algún punto tanto Tali como yo tenemos “cara de judías”, pero no es portar una identidad que no se puede esconder. Hay algo de eso, de esa identidad invisible. Nos pone en un lugar muy especial en relación con eso invisible y, por eso, también esto de tener que “detectar” al judío, esconder el apellido. Me parece interesante que tanto Tali como yo no solamente no escondemos el apellido, sino también que tenemos nombres profundamente judíos.

Tali Goldman: A mí me pasó un poco distinto porque mi papá es rabino, de una comunidad mucho más  liberal que la que se crio Tamara, pero toda mi vida me quise alejar del judaísmo. Siempre fue un gran trauma ser hija de un rabino. Fui a una secundaria laica y para mí era un tema; incluso, decía que mi papá tenía otra profesión. Me rebelé y dejé de comer kosher, que es una carne que se come de una manera especial. Para mí, al revés, la literatura fue un reencuentro con mi judaísmo porque toda la vida había luchado con mi nombre.

Tamara Tenenbaum: Bueno, pero nunca te lo cambiaste.

Tali Goldman: No, porque nunca se me ocurrió (risas). También, en relación con lo que decía Tamara, de la identidad invisible, para quienes no tienen un conocimiento de lo judío, está relacionado con lo ortodoxo; entonces, no se entendía cómo yo, hija de un rabino, iba a una escuela laica. Mi reconexión tiene que ver con este libro de cuentos, con esa identidad, y qué significa eso para mí hoy, a los treinta y tres años, a través de la literatura. 

¿Creen que la inquietud sobre el judaísmo está latente? Pienso en la literatura, en sus libros y también en algunas series que fueron muy vistas en sitios de streaming y que han generado debates en torno al tema.

Tamara Tenenbaum: No lo sé, la verdad. Creo que es una moda. Como pasa con otro tipo de culturas, como ha pasado con el islam. 

Tali Goldman: Creo que hay cierta curiosidad, entre morbo y curiosidad. Tal vez viven en tu mismo edificio, pero tienen otro tipo de idiosincrasia y costumbres. Coincido con Tamara en lo de la moda.

Tamara Tenenbaum: Sí, hay curiosidad y creo que lo que tiene para la Argentina es que el judaísmo es parte de la narrativa del país. De hecho, Josefina Ludmer decía que la excepcionalidad argentina del resto de América Latina no es la blancura, los blancos y el mestizaje hay en toda América Latina, pero sí el judaísmo. Eso decía ella. Definitivamente, somos muchos más en la Argentina, entonces, creo que lo que pasó con las series es una mezcla entre lo extraño y lo familiar. Y no tuvieron la misma recepción las series musulmanas, no porque no haya musulmanes en la Argentina, pero por alguna razón están bastante invisibilizados.

Tali Goldman: Bueno, porque también se relaciona lo musulmán con el terrorismo.

Tamara Tenenbaum: Totalmente. También podríamos decir lo mismo con otras culturas, el hinduismo, o con la que quieras. Entonces, creo que lo que pasa en la Argentina con el judaísmo es ese combo seductor entre lo extraño y lo conocido. 

Comunidad y familias, dos temáticas que están presentes en sus cuentos. ¿Por qué les interesan?

Tali Goldman: Son temas universales. Todos somos parte de una comunidad, de una sociedad, hasta de un club, de un grupo de amigos, la familia. Como que también creo que es una excusa, al menos en mi escritura, para pensar en la universalidad y en la dualidad de ser un individuo y ser parte de un colectivo. Me interesa en ese sentido. Además, interpela, porque no importa si sos judío o no, algún marco de pertenencia todos tenemos.

Tamara Tenenbaum: Sí. Las familias creo que están omnipresentes en gran parte de la literatura, al menos en la de los siglos XX y XIX. El tema de la comunidad, hoy, es más complejo, en el sentido de que mucha gente no tiene vida comunitaria de ningún tipo, y nunca la tuvo. No fueron a ninguna comunidad de la que pertenecían sus abuelos, ni a ninguna asociación italiana, española, ni nada. Creo que ya hay personas del siglo XXI que se criaron de otra manera. En ese sentido, creo que quienes escribimos desde esas experiencias comunitarias estamos más ligados al siglo XX, y por eso tal vez hay algo de eso que hace llamar la atención. El desafío es hacer algo que use eso para contar otra cosa, fuera de ese tono paródico, que es divertido, pero hasta cierto punto.

Tali Goldman: A mí ya ni siquiera me divierten.

Tamara Tenenbaum: No, obvio, a mí tampoco. Hay chistes que se hicieron muchas veces y no me interesa eso. En relación con la comunidad, tiene que ver mucho con las ciudades, tal vez en otros lugares, sí, pero en las ciudades hay gente que no tiene un vínculo con una comunidad específica y le parece interesante. Vale la pena para pensar esto que decía Tali entre la individualidad y lo colectivo, que nos convoca a todos. 

¿Qué escritores y escritoras de Latinoamérica les gustan y recomendarían leer?

Tamara Tenenbaum: Alguien que trabaja con esto del judaísmo es Eduardo Halfon, de Guatemala. 

Tali Goldman: También había pensado en él. 

Tamara Tenenbaum: Bueno, también está Tamara Kamenszain. 

Tali Goldman: Mago Glantz, que es mexicana. 

Tamara Tenenbaum: Tal cual, me encanta. A mí también me gusta Guadalupe Nettel. No estoy segura de si el apellido de ella es judío, pero creo que sí. Además, María Fernanda Ampuero, que es de Ecuador, y Paulina Flores, que es chilena.

Tali Goldman: Nona Fernández y Lina Meruane, y ese ensayo que tiene, “Volverme Palestina”, que habla justamente sobre la identidad.

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